Foto: Niñas en botadero de plástico importado en Indonesia. Fuente: película The Story of Plastic.
El 17 de abril de 2020, la Alianza Basura Cero Chile entregó al Ministerio de Medio Ambiente una carta en la que exhorta a un pronunciamiento claro de nuestro país frente a la OCDE para la adopción de modificaciones al Convenio de Basilea que fortalecen el control transfronterizo de residuos, obligando a exportadores de plásticos a informar y pedir consentimiento a los países de destino antes del envío de dichos residuos.
Justo ahora, en medio de cuarentenas, mascarillas, aislamientos y otros increíbles esfuerzos para no contaminarse, mientras la naturaleza muestra la fragilidad de la especie humana, en Francia se realizan reuniones para definir si los países de la OCDE acatan o no las modificaciones al Convenio de Basilia. Los cambios a este convenio, originalmente solo referido a movimiento transfronterizo de residuos peligrosos, ahora obligan a los exportadores de plásticos no reciclables a informar y pedir consentimiento a los países de destino antes del envío de los residuos que finalmente se constituyen en un peligro para las comunidades y los ecosistemas. Estados Unidos que no es suscriptor del Convenio, está presionando a la OCDE para que no se adopten los cambios en los países miembros de esta organización.
La medida se adoptó luego de observar cómo basura plástica de Alemania, Italia, Canadá y otros países «desarrollados», inundaba países del sudeste asiático después de que China cerrara su frontera a los plásticos el año 2018. Los materiales debían ser separados en sus países de origen para ser reciclados, pero por tratarse de productos de difícil selección o sin segregación en origen, las empresas encargadas de su gestión prefieren pagar a empresarios, muchas veces inescrupulosos de países empobrecidos, para que reciban los residuos plásticos, a veces en instalaciones ilegales donde terminan siendo quemados, enterrados o simplemente apilados en playas, bosques o sectores rurales. El costo para los países ricos de exportar basura plástica a países empobrecidos, es menor que el costo de dar disposición final a esa basura en sus propios territorios.
En general los países suscritos al Convenio acataron esta imprescindible conducta de hacerse cargo de su basura, pues pagar por contaminar otro suelo ya no puede seguir siendo la dinámica.
¿Y qué dice Chile?
Chile no ha expresado aún su postura oficial, y es de esperar que en las reuniones que se sostendrán esta semana haga eco de la resistencia permanente de la ciudadanía a la gestión irresponsable de residuos, que hasta hoy pone énfasis y recursos en enterrar los residuos o intentar construir incineradoras para quemarlos. En el país, especialmente de la mano de recicladores de base e iniciativas ciudadanas, se han comenzado a dar pasos significativos en torno a compostaje, reuso y reciclaje. La Ley REP por su parte da cuenta de una búsqueda de hacer responsables no solo a los consumidores, sino también a los productores de los residuos que generan sus productos, todo lo anterior bajo el prisma de una economía circular. Todo lo anterior es muy difícil de implementar si los residuos provienen de otros países.
A continuación el texto de la carta enviada a la Ministra de Medio Ambiente Carolina Schmidt:
Para: Carolina Schmidt, Ministra de Medio Ambiente, Gobierno de Chile
De: Alianza Basura Cero Chile
Asunto: Posición de Chile en la OCDE sobre cambios al Convenio de Basilea
Fecha: 17 de abril de 2020
Estimada Ministra:
Reciba un cordial saludo de la Alianza Basura Cero Chile. Somos una coalición de 13 organizaciones de las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, del Bío Bío, La Araucanía y Los Lagos, que trabajamos por la promoción de la estrategia Basura Cero para el manejo sustentable de residuos y recursos.
Nos dirigimos a usted interpretando el sentir generalizado de la ciudadanía sobre la necesidad de proteger el medio ambiente con las más eficaces herramientas, para asegurar un futuro con justicia ambiental donde todas y todos podamos disfrutar de la naturaleza y contar con las condiciones ambientales básicas para una vida digna. Estamos en conocimiento de la discusión que se desarrolla actualmente en la OCDE, sobre la adopción de los cambios al Convenio de Basilea sobre movimientos transfronterizos de residuos peligrosos, del que Chile es parte desde el año 1992. Para las organizaciones ciudadanas de Chile y en especial las que integran la Alianza Basura Cero Chile, es indispensable que los países de la OCDE adopten al 100% los cambios al Convenio de Basilea, que buscan regular el movimiento de residuos no peligrosos que han demostrado generar grandes impactos ambientales y socialesen los países receptores.
Es por esto que pedimos al Gobierno de Chile a través de su representación en el Ministerio de Medio Ambiente, que defienda en la OCDE la completa adopción de los cambios al Convenio de Basilea, como un aporte concreto a la democracia ambiental, principio n°10 de la Declaración de Río, promovido por Chile en la conferencia de Río+20. A continuación presentamos algunos antecedentes que fundamentan nuestra solicitud.
Agradeciendo de antemano la positiva recepción de esta solicitud, a la espera de su respuesta se despiden atentamente:
Alianza Basura Cero Chile
Red de Acción por los Derechos Ambientales RADA, Colectivo VientoSur, Fundación El Árbol, Fundación Basura, GAIA, Valpo Interviene , ONG Susténtate, Fundación Reciclo, La Ciudad Posible, Movimiento Nacional de Recicladores de Chile, ONG Limari Tinkuy, Red de Biodigestores para América Latina y El Caribe, Agrupación Sociocultural Aitue,
Otras organizaciones que también apoyan esta solicitud:
SCAC: Sociedad civil y acción climática, ONG CEUS Chile, ONG FIMA, Centro Ecosocial Latinoamericano, Greenpeace andino, Fundación Multitudes, Corporación El Canelo, Movimiento, Movilizándonos, OPSAL, Chile Ambiente, Ciudadanos y Clima, Observatorio Ciudadano, Fundación Espacio Público, Movimiento por el Agua y los Territorios, Zona Centro, Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA, Comité Socioambiental de la Coordinadora Feminista 8 de Marzo
Con copia a:
Joost Meijer, Oficina de Residuos y Riesgo Ambiental, Ministerio de Medio Ambiente
Archivo Alianza Basura Cero Chile
Información/elementos sobre los movimientos transfronterizos de residuos plásticos dentro de la OCDE en el contexto chileno
Abril de 2020
En 2018, cuando China se negó a continuar importando residuos plásticos de otros países, muchos gobiernos se dieron cuenta de los daños ambientales graves asociados a los movimientos transfronterizos de residuos plásticos. En 2018, los daños asumidos por China durante muchos años fueron transferidos a otros países del sudeste de Asia que sufren de contaminación del aire, de la tierra y del agua por la quema de estos residuos, así como de contaminación plástica exacerbada en el medio ambiente y en los ríos, lagos, mares y océanos. Las comunidades donde se concentran estos residuos sufren daños graves a sus viviendas y a su salud, como lo demostró un informe de la alianza internacional GAIA (resumen ejecutivo en español – informe completo en inglés).
Durante esta crisis, que continúa hasta hoy en día, fue posible observar que muchos residuos plásticos exportados, muchas veces oficialmente para ser destinados al reciclaje, no son reciclados ni manejados de forma ambientalmente racional, porque:
- Son plásticos o materiales no-reciclables o difíciles de reciclar (por ejemplo, EPS, PVC, embalajes de plástico con aluminio);
- Están tan contaminados por otros residuos que el reciclaje acaba siendo impracticable, con lo que generan una gran cantidad de basura;
- Acaban en países donde no existe la infraestructura necesaria hasta para reciclar correctamente lo que podría ser reciclado.
Por eso, en 2019, los países miembros del Convenio de Basilea sobre Movimientos Transfronterizos de Residuos Peligrosos y su Eliminación (Convenio de Basilea) aprobaron enmiendas que introducen una obligación de consentimiento previo de los países importadores, para todos los residuos plásticos que no están destinados al reciclaje, y que no cumplen con las características siguientes:
- Residuos puramente de un tipo de plástico (polímero) no-halogenado (porque los halógenos pueden generar contaminantes orgánicos persistentes al quemar estos residuos, particularmente el PVC);
- Mezclas de residuos puramente de PP, PET y PE (porque estas mezclas son más fáciles de separar para el reciclaje);
- Residuos puramente de plásticos fluorinados y resinas curadas (pero estas categorías se van a discutir más dentro del Convenio de Basilea para confirmar o desestimar riesgos).
Estas nuevas reglas entrarán en efecto el 1 de enero de 2021. La OCDE, que incluye a Chile, suele adoptar automáticamente las enmiendas al Convenio de Basilea. Pero los Estados Unidos, que se opusieron a estas enmiendas sin poder bloquearlas porque no son miembros del Convenio de Basilea, ahora se están oponiendo a que la OCDE adopte medidas similares.
Para sostener esta oposición, los Estados Unidos argumentan que la OCDE es un espacio de países con realidades económicas y de reglamentación y prácticas ambientales suficientemente adecuadas y similares para que podamos asumir sin riesgo, que todos los residuos plásticos exportados e importados dentro de este espacio se manejan de forma adecuada, sin daños al medio ambiente ni a la salud.
Aquí abajo, presentamos información que muestra que este argumento no es válido, porque diferentes países de la OCDE ya han sufrido daños por plásticos exportados por otros países de la OCDE:
Turquía
- Septiembre de 2019: investigadores de Greenpeace encuentran residuos plásticos mezclados y muy contaminados de Italia, abandonados en un sitio de depósito illegal en la provincia de Izmir, en Turquía (Greenpeace, Discarica abusiva di rifiuti in plastica (italiani) in Turchia, 5 de Septiembre de 2019);
Polonia
- Octubre de 2019: investigadores de Greenpeace encuentran 100 pacas de residuos plásticos mezclados de origen italiano y alemán abandonados en una estación de petróleo en desuso, en la región de Gliwice región, sur de Polonia. Los residuos italianos provenían de la planta de separación de residuos de la compañía Di Gennaro spa, que forma parte de Copela, el consorcio nacional italiano para el reciclaje y manejo de residuos (La Repubblica, Greenpeace rintraccia in Polonia 45 tonnellate di rifiuti italiani, 15 de Octubre de 2019);
- Octubre de 2019: la periodista Marianne Kerfridern encuentra residuos alemanes incluyendo residuos plásticos abandonados en la naturaleza en Polonia (Arte, Décharges illégales hors de contrôle – Vox pop, 6 October 2019);
Rumania
- Marzo de 2019: investigadores del Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) encuentran residuos italianos y alemanes, incluyendo residuos plásticos, co-incinerados en cementeras en Rumania, en comunidades donde se nota el aumento de cáncer (OCCRP, Cement’s Dirty Business, 7 March 2019).
La realidad actual es que los residuos plásticos perdieron su valor económico, particularmente los residuos plásticos difíciles de reciclar (todos los plásticos excepto el PET y el HDPE). En diciembre de 2019 en los Estados Unidos, el valor de estos residuos plásticos era de USD0.006 por kilo. Con estas dinámicas económicas, está claro que una gran parte de los flujos transfronterizos de residuos plásticos tiene como objetivo no el reciclaje, sino el uso (y abuso) de otros países como vertederos, para evadir el costo de disposición final en los países exportadores.
Creemos que aún quedan importantes desafíos que resolver internamente en materia de gestión de nuestros propios residuos plásticos:
- Existen importantes debilidades en nuestro propio sistema de gestión de residuos que es urgente resolver. El ingreso de residuos desde el extranjero de plásticos mezclados sólo dificultará la resolución de nuestros propios problemas de manejo de residuos.
- Una porción totalmente marginal de residuos es adecuadamente separada hoy dentro del territorio nacional, por lo tanto no estamos preparados para asumir el manejo de residuos importados.
- En países que han sufrido el ingreso inadvertido de residuos plásticos no peligrosos mezclados y sucios, los recicladores de base han sufrido las consecuencias por la baja de precios de los materiales debido al enorme flujo de plásticos del exterior que baja el valor de lo que los recicladores y recicladoras recolectan con tanto esfuerzo. No queremos que lo mismo suceda en Chile donde los precios de los materiales reciclables ya son bajos y fluctuantes.
- La adopción de los cambios al Convenio de Basilea servirá para implementar de mejor forma la ley REP, ya que es muy difícil imponer responsabilidades a los productores de los residuos que provienen del extranjero.
- Ante la escasa infraestructura y capacidad logística para el manejo adecuado de residuos importados, la gestión y disposición inadecuada de estos residuos es ineludible, y los costos para los ecosistemas y la salud pública difíciles de dimensionar.
- Tenemos como país una enorme deuda en cuanto al manejo de residuos aún sin destino, como los residuos existentes en los patios de salvataje de la minería. El Estado de Chile tiene la responsabilidad de vigilar el ingreso de residuos al territorio para no aumentar los pasivos ambientales de vertederos legales e ilegales con residuos provenientes de otros países. La adopción de los cambios del convenio de Basilea sólo ayudará al Estado de Chile a cumplir con estas responsabilidades.
Por eso, creemos que la mejor protección para Chile como país de la OCDE, y como país que tiene como prioridad la protección del medio ambiente y en particular de los recursos marinos, es adoptar las enmiendas del Convenio de Basilea dentro de la OCDE. México, que forma también parte del OCDE, ya adoptó esta posición.
Annexos:
- GAIA, GAIA, EEB & CIEL: Submission to the OECD Ad Hoc Task Team and Working Party on Resource Productivity and Waste (WPRPW) regarding proposed modifications to Appendices 3 and 4 of the OECD Council Decision on Transboundary Movements of Waste Destined for Recovery Operations (inglés)
- CIEL, EEB, GAIA & BAN: NGO Position paper on the ongoing negotiation process to integrate the Plastic amendment of the Basel Convention into the OECD regulatory Framework (inglés)
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